Les gustó navegar con los ojos cerrados manteniendo muy bien todos un rumbo de ceñida y virando perfectamente con otro de “lazarillo” que iba a su lado navegando.
Y por la tarde solo dio para una manga larga, y cuando el viento fue bajando pasamos a hacer salidas cortas.
Por la tarde dejamos en la habitación a varias –Myriam, María Fdez, Susana, Lucía y Maru- que estaban con la garganta algo cogida y cierta falta de sueño. Muy amablemente el padre de Myriam como médico se acercó a pasar consulta y recetarles. Ya se les nota recuperando, y no hay mejor modo de reconocerlo en que esta noche incluso han comido pescado que había para cenar. Con otro buen sueño cargarán sus baterías rápido.
Pero también hemos aprovechado esto para hablar en la teórica y que aprendan que hay que cuidar el cuerpo –sueño y comer lo que pongan- tanto o más que el cuidado que ponen en cuidar sus barcos si quieren ser buenos regatistas.
Mañana último día de navegación en el Campus. Dan algo de levante y calor de nuevo.